Rómulo Lares Sánchez
Caracas, 7 de
mayo de 2014
Su excelencia
Arzobispo
Monseñor Aldo Giordano
Nuncio
Apostólico en Venezuela
Ciudad.
Muy
distinguido excelentísimo Nuncio Monseñor Aldo Giordano:
Cuando
cumplirá 3 meses de recibida por ustedes nuestra correspondencia de fecha
11FEBRERO2014 y su anexo, que sin carácter premonitorio alertaba a su
excelencia sobre la visibilidad no censurada de días difíciles por venir,
aunque de la rutina sufrida cotidianamente para los venezolanos sometidos por
la ocupación extranjera censurada y autocensurada a partir de 1999, aún no he
recibido respuesta ni seña alguna de su parte.
No es
comprensible que un representante diplomático de un verdadero Estado maneje su
agenda de manera a-diplomática, como sí es el caso en la pantomima del Estado
VENECUBA ante el que usted ejerce su condición de embajador después de haber
presentado credenciales a un indocumentado, mientras mantiene silencio desestimando
la correspondencia de un legítimo ciudadano venezolano residente en el
territorio quien, además de ofrecerle la bienvenida a su ex país, ofrecía
graciosamente ad hoc su disposición para enriquecer la descripción y
comprensión del escurridizo paisaje socio-político local, a pesar de que
dispondría usted de la grandeza infinita de su principal guía, el Todopoderoso.
Sin embargo,
este trato recibido no tendría por qué sorprendernos, debido a la muestra de la
política practicada por burocracias suficientemente arbitrarias y poderosas para
rechazar la búsqueda de la verdad, las mismas que atienden dos casos graves afectando
el primero el presente y futuro de la Iglesia de Roma, y cuyo trato podría
calificarse “diplomáticamente” como evasivo y encubridor de sus consecuencias, cuando
hasta ahora mientras deciden erradicarlo por completo atiende la compensación
material-monetaria de algunos infantes bajo su responsabilidad directa, quienes
en sus parroquias y escuelas habrían sido afectados de por vida mediante imborrables
cicatrices y con la carga eterna para sus espíritus y sus almas por violaciones
y abusos sexuales y psicológicos relacionados con la pedofilia, popularmente incorporada
en el ejercicio del ministerio del sacerdocio, por lo que habría comprensiblemente
quedado relegada e ignorada a un segundo plano, en concordancia con los antecedentes
pusilánimes de las iglesias en VENEZUELA, su complicidad hasta el nivel de la
asociación con los usurpadores confesos de los poderes públicos nacionales, corresponsables
de los crímenes contra la humanidad, que habremos de presentar oportunamente ante
la justicia penal internacional por el “holocausto” y el “apartheid”
venezolanos, en los que tendrían responsabilidad diversos representantes de la Iglesia
Católica, en especial las autoridades de la Conferencia Episcopal Venezolana-CEV
y nuestro Cardenal, quienes deberían ser promovidos oportunamente a comparecer
como indiciados, sí algún día Dios nuestro Señor ofrece algo de Justicia
terrenal para nuestros compatriotas.
Su
representación diplomática, así como la del resto de las acreditadas en
Caracas, reconoce como legítimo el escándalo de un gobierno de ocupación de un
Estado terrorista, responsable por múltiples y diversos crímenes contra la
humanidad, que por tal carácter serían imprescriptibles y de jurisdicción
planetaria, entre los que sería oportuno recordar alrededor de 230 mil
asesinatos a partir de 1999, 23 mil tan sólo durante el año 2013, decenas
de miles de secuestrados por las bandas criminales
patrocinadas por el Estado y por la pantomima de “Sistema Judicial”, millones
de acosados, perseguidos y discriminados, centenares de miles de emigrados y
exiliados, el asalto del patrimonio público y privado hasta la violación
sistemática de los hogares, todo identificado como política de Estado y
demostrado por el carácter sistemático y permanente de sus ocurrencias.
Nuestro
saludo y la solicitud de entrevista perseguía, como lo expresé, cumplir con mi
deber ciudadano y adicionalmente, con el de representante del Poder Público Electoral
Nacional en el “exilio” también usurpado, responsable y sobre el que se
fundamentarían las ilegitimidades e ilegalidades en el origen del resto de los
poderes públicos, pero centrándonos en otro aspecto de gravedad aún mayor hasta
el nivel de la tragedia mencionada, por cuanto tales usurpaciones se ejercen al
margen del Estado de Derecho y violando sistemáticamente los Derechos Humanos
de los ciudadanos dentro y fuera del territorio, lo que las eleva, insistimos,
a la categoría de crímenes de lesa humanidad.
Dejamos
constancia entonces de que el suscrito formaría parte del Poder Electoral que
habría sido desconocido y usurpado por el régimen de ocupación a partir del
23AGOSTO2003, conformando otro eslabón más de la cadena de desprecios por el
Estado de Derecho y por los DDHHH que se iniciarían a partir de 1999 y que
continúa ininterrumpidamente y con mayor fuerza hasta hoy.
En todo caso
actuaría como representante legítimo del ciudadano venezolano y de la Sociedad
Civil, en cuya condición reclamo y denuncio el maltrato de su representada, la
Santa Sede, desconocido aún en tiempos de esclavitud, cuando ha hecho la
Nunciatura Apostólica mutis a nuestra correspondencia.
Hago también referencia
a la más reciente declaración de la Conferencia Episcopal Venezolana de fecha 14
de febrero, cuyo contenido no parece marcar distancia alguna con las anteriores
comentadas en el anexo referido, razón adicional por la cual nos abstenemos de
comentar.
Por todas las
razones expresadas anteriormente y por el desinterés olímpico mostrado por
usted y por su representada, la Santa Sede, por conocer versiones censuradas de
la realidad local, retiro mi proposición inicial para recomendar ahora y para solicitarle
más bien, que se abstengan de cualquier acción hasta que no se hayan
documentado adecuadamente sobre la verdad, que podría conducirlos, a pesar de
sus mejores intenciones, a respaldar alguna mediación que sólo contribuiría con
la estrategia del fraude-traición del régimen-oposiciones de ocupación y con la
consolidación del crimen organizado transnacional y la esclavitud del colectivo
venezolano.
Valdría la
pena tener presente al interior de la Nunciatura Apostólica la voz popular
criolla según la cual: “el camino al Infierno siempre se encontraría pavimentado
con buenas intenciones”.
Agradezco una
vez más el tiempo de sus colaboradores, aunque inútil, para atender las varias
comunicaciones telefónicas, la anterior correspondencia referida y la presente.
Atentamente,
Anexos: Correspondencia del 11 de febrero de 2014 y
“Los desvaríos de la Conferencia Episcopal Venezolana” (10ENERO2014).http://www.observatorioelectoralhistorial.blogspot.com/2014/01/desvarios-de-la-conferencia-episcopal.html / Copia: Santo Padre Papa Francisco. Ciudad del Vaticano.
Nota prensa reciente: http://www.bbc.com/news/world-europe-26044852
Rómulo Lares Sánchez
Caracas, 11 de febrero de 2014
Su excelencia
Arzobispo Monseñor Aldo Giordano
Nuncio Apostólico en Venezuela
Ciudad.
Muy distinguido Monseñor Giordano:
Tengo el agrado de dirigirme a usted con el propósito de
manifestarle mi adhesión a las diversas expresiones de bienvenida que recibe
desde diversos sectores de la sociedad venezolana, institucionales y
personales, a su arribo a Caracas en representación de la Santa Sede y del
Santo Padre Papa Francisco.
Dejo también constancia de mi disposición absoluta para
contribuir de manera personal y directa con la gestión que usted ahora inicia.
Disponga usted, excelencia, en el ámbito de la cooperación y colaboración con
su “puesta al día” sobre las realidades venezolanas, difíciles y hasta
imposibles de observar e interpretar por intermedio de los canales y medios
regulares exclusivamente. Se harían necesarias las opiniones censuradas y
autocensuradas después de varios lustros.
Estimo que para el restablecimiento del “Estado”, “del
Derecho” y del “Imperio de la Ley” en Venezuela, todos los apoyos aborígenes y
exteriores serán necesarios, y en el caso de algunos, indispensables. El del
Vaticano, sin lugar a dudas, estaría en esta última categoría.
La situación de los residentes en este territorio,
como usted conoce, es extremadamente grave y se deteriora cada día más. Baste
observar uno de los escándalos mayores: los asesinatos pasaron desde
aproximadamente 2.800 en 1998 a más de 2 mil por mes, 24 mil, durante 2013.
¡Con el agravante de alrededor del 95% de impunidad!
Para la consideración de su excelencia y su muy distinguido equipo, me permito remitirle
copia de comentarios críticos que formulase personalmente, en relación con la
más reciente declaración de la Conferencia Episcopal Venezolana del 10 de enero
de 2014, con la que no ha existido contacto ni relación alguna.
Las opiniones y comentarios sobre la situación
venezolana, públicos y privados, intercambiados en su momento con el Cardenal
Rosalio Castillo Lara, habrían fortalecido mi convicción personal sobre la
necesidad de aceptar, en adición a mis deberes ciudadanos, el deber apostólico
de divulgar la verdad y exigir, sin obtener hasta esta fecha, la atención y
reacción de la Santa Sede.
Respetuosamente, agradecería la atención de la
presente y la oportunidad de saludarlo personalmente en audiencia oficial.
Atentamente,